Un gran Maestro
EDUCA: No sólo enseña cosas; infunde en el corazón de sus educandos espíritu desinteresado, caridad y benevolencia.
COOPERA: Con Dios y sus padres, en el perfeccionamiento del alumno en todos los aspectos de su personalidad.
COMPRENDE: No sentencia según las apariencias; se coloca en las circunstancias del alumno y entiende sus problemas.
REPRENDE: No con cólera ni venganza sino con amor, haciendo comprender al alumno que sólo busca su bien.
ESTIMULA: No desanima al alumno como un caso perdido; le infunde confianza en si mismo, descubriéndole sus capacidades.
FOMENTA: No mata las iniciativas, despierta la alegría de servir, estimula las apariencias del joven.
ENSEÑA: Que amar es entregarse, es compartir, es perdonar.
PROGRESA: En sus conocimientos, en su vida espiritual, en el amor a su profesión.
DA EJEMPLO: Puede repetir con San Pablo: Sed mis imitadores, como lo soy yo de Cristo.
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